domingo, 23 de enero de 2011

Rosas negras.


Sobre el filo de la locura caen los sueños,
escondiendo los miedos,
camino a la oscuridad,
donde la luz no alumbra
y los pecados marchitan el alma,
la fría soledad abraza los cuerpos,
frente a los lagos de los recuerdos  
los susurros de los corazones olvidados golpean el delirio.
“Rosas negras para los corazones de los amores olvidados,
rosas negras para aquellos que cayeron y nunca se levantaron
y sus silencios mato la esperanza de un ser.”
En luto viste tus sentimientos,
y el rocío de la noche en su decadencia
alimenta el dolor del alma,
maldita nostalgia que desgarra el pecho,
entre heridas y suspiros cierras los ojos,
queriendo al abrirlos despertar de este infierno.
Se desangran el amor que un día existió,
seco y enfermizo corazón,
oídos sordos y ojos vacios.
Palabras con filo de daga,
atraviesas el alma,
agujas del pasado enhebran
la agonía y el delirar.

Flores marchitas.


Flores marchitas para los vivos,
para los muertos el recuerdo,
nunca el olvido,
triste tarde da tu partida,
y el silencio ensórdese las vidas,
como lobos ayudan,
entre el gemir y el lamentar,
solo veo cerdos revolcarse
 en la mediocridad y la hipocresía,
lagrimas derramadas con sentimientos muertos,
hoy muerto dan cosas caras,
un ataúd de oro,
rosas de cristal;
yo solo veo el celebrar
del ya no tu estar y no el doler,
recuerdos quedan en mi,
veo el cielo veo tu rostro tu sonrisa pinta el firmamento,
en tu andar en la vida y el doler de ella,
das gracias en tu descanso.
La luz de una vela ilumina el espacio vacío que dejastes,
y mis recuerdos uno a uno
reviven los momentos que pasamos juntos.
Yo no te llevo flores,
solo llevo mis recuerdos,
cada palabra dicha estando tu en vida,
flores marchitas para los vivos,
para los muertos el recuerdo y nunca el olvido.